domingo, 17 de abril de 2011

ENTREVISTA A IVAN PINTOR IRANZO PROFESOR DE HISTORIA DEL CÓMIC DE LA UPF

Samuel Pérez  : ¿ En primer lugar qué te llevó a ser lector de cómics ?

Ivan Pintor :   No esperaba que comenzases de una manera tan personal (risas) pues como le sucede a tanta otra gente, los cómics aparecen en casa, procrean entre ellos y uno empieza a leerlos. Supongo que empecé mezclando cómics de Bruguera de Mortadelo y Filemón y superhéroes. Pero la influencia fundamental fueron las lecturas de mi hermano mayor, que por aquella época solía comprar cómics de difícil acceso para un niño pequeño, como por ejemplo El Víbora, o las obras de Moebius y Hugo Prat que solía leer y aún hoy me siguen fascinando

 Samuel Pérez : ¿ Por qué crees que el cómic no es un género tan valorado como la literatura, el arte o la música ?

Ivan Pintor : Yo creo que no hay que olvidar que el cómic como narración secuencial tiene una legitimación muy lejana  que se remonta a la pintura narrativa medieval o las pinturas rupestres. Pero es cierto que el cómic como forma narrativa  popular  aparece en la gran prensa a principios del siglo XX y nace como un arte de vocación popular. La alta cultura reacciona con rechazo hacia ese nuevo medio que conectaba con las clases populares, que se veían reflejadas en las tiras de prensa.

Samuel Pérez  : ¿ Por qué crees que en España hay poco lector de cómic en cambio en Japón o en Bélgica se puede contar a centenares ?

 Ivan Pintor : En primer lugar, Japón tiene  una cultura visual con una raíz diferente y que se manifiesta para empezar en los caracteres de su escritura. El manga, sin embargo, tiene una fecha de inicio muy concreta, el año 1947 con Osamu Tezuka  y su Nueva Isla del Tesoro, que propone un modelo de narración que no existía antes de la Segunda Guerra Mundial. Ese modelo se implanta en torno a unos relatos que reflejaban a un Japón devastado por las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y que se concentra en temas como la supervivencia de los que sobrevivieron a dichas bombas y y la reconstrucción tecnológica de una cultura cuya militarización había quedado vetada, el reflejo más flagrante de lo cual es el subgénero mecha, que cuenta historias de robots gigantes. Los manga, además, fueron un medio al alcance de todo el mundo. En el caso de Bélgica es debido a su tradición y a las diferentes escuelas que surgieron en ese area de influencia, también después de la Segunda Guerra Mundial, como las de Bruselas, Charleroi o París. En el caso de España,  siempre hubo un menosprecio hacia el cómic, si bien durante décadas tuvo una importancia social considerable a través de publicaciones como TBO, Pulgarcito, DDT o de personajes como el Capitán Trueno, y más tarde en los años 80 en revistas de cómic como el Víbora, Zona 84, Cimoc y Rambla. Fue a partir de la desaparición de estas revistas que el consumo de cómic y la existencia de plataformas para nuevos autores decayeron. En la actualidad, el consumo está, en apariencia reflotando a causa de la distribución en forma de novela gráfica en lugares que exceden la librería especializada.


Samuel Pérez : Pasamos al tema del racismo en el cómic, ¿ cuáles son los primeros antecedentes del tema del racismo en el cómic ? 

Ivan Pintor :  Como medio popular que refleja el sentir de la gente nos podemos remontar tan lejos como sea necesario, cuanto menos hasta Winsor McCay, con Little Nemo en los albores del siglo XX. En historietas como Tale of the Jungle Imps by Felix Fiddle, la amenaza aparece encarnada en unos pequeños aborígenes africanos, frente a los cuales son nada menos que los simios quienes prodigan la salvación a los diferentes animales que les piden auxilio. Desde luego, el racismo también gravitaba sobre el Pulp en la época, en los relatos de Tarzán, de Rice Burroughts, donde cristaliza de manera obsesiva la idea del hombre blanco que coloniza un espacio ajeno y exhibe, como sucede con Robinson Crusoe, una perpetua capacidad de implantación del modelo burgués. Los ejemplos son infinitos, pero desde luego es de orden mencionar el álbum de Tintín en el Congo o las tiras de Flash Gordon, donde su deambular por distintas civilizaciones y planetas lo confronta con alteridades constantes. No es, sin embargo, algo privativo del cómic occidental, pues en el manga y los relatos populares japoneses es recurrente la idea de que los occidentales pertenecemos a un grado de civilización inferior.

Samuel Pérez: ¿Cuáles son las novelas gráficas o obras que reflejan mejor este tema ?

Ivan Pintor : Si acaso si se puede hablar de una obra fundamental sobre este tema es Maus de Art Spiegelman, por supuesto, que cuenta la historia del holocausto judío. Sin embargo, el motivo anida en otros álbumes de Tintín, como el Cetro de Ottokar, que es una especie de reacción contra el anschlüss con el que se iniciaron los movimientos del nazismo. Esto sin contar con los cómics de super héroes.

Samuel Pérez : ¿ Qué le parece  Maus de Art Spiegelman ?

Ivan Pintor : Spiegelman es quizá el autor que mejor ha sabido hacer realidad lo que indicaba Chester Gould, el creador de Dick Tracy, y es que crear un cómic no es ilustrar una historia sino crear diagramas narrativos, es decir, convertir el trazo en palabra imaginante.

Samuel Pérez : ¿ Crees que la serie de cómics Uncanny X-men se hizo grande por reflejar dicho tema ?

Ivan Pintor : Marvel logró gestar un sistema mitológico en el que se infiltran la mitología griega, las tradiciones orientales y, sobre todo, el legado bíblico en personajes como el profesor Xavier, un sabio griego, cíclope, rondador nocturno y coloso, miembros de los X-Men. El factor fundamental  es que estas historias aparecen en la guerra fría y Stan Lee, junto a Jack Kirby, y Chris Claremont más tarde trabajan en el tema de la diferencia. Por supuesto, recogen los avatares de las leyes americanas de segregación racial, sobre todo con personajes como los X-Men, Spiderman o Los Inhumanos, reverso de Los 4 Fantásticos.


 Samuel Pérez : ¿ Qué le parecen Los X-men de Chris Claremont ?

 Ivan Pintor: Sería muy hermoso comparar  el trabajo de Chris Claremont con la idea del super hombre tal como aparece abordada por Alan Moore. En Chris Claremont la invención de la idea del mutante favorece una aproximación al racismo es mucho más superficial, pero en su afán conciliatorio atraviesa todas las sagas de la Marvel a partir de un determinado momento, como por ejemplo la saga de Fénix oscura o en el esquema colonial que se desarrolla en el curso del viaje de los X-Men a la Tierra Salvaje. En la saga de Genosha, por ejemplo, aparte de el contexto racista se vislumbran muchas más connotaciones con respecto a la sociedad civil norteamericana y a ese núcleo de lo que es nuestro post-capitalismo. Actualmente cabe mencionar la actuación de los X-Men en el arco argumental Civil War, en el que no se someten al acta de restricción de las libertades civiles en aras de la protección del país frente a la plausible amenaza de la diferencia, esto es de la mutación.



Samuel Pérez : ¿Qué le parece la novela gráfica Dios ama el hombre mata ?

Ivan Pintor : Hace muchos años que la leí. Cuando salió fue un producto muy curioso al utilizar el formato novela gráfica en el ámbito de los superhéroes. Me impacto su gran ritmo narrativo y su gran eficiencia visual, que reflejaban a un ritmo de novela, ya antes de que cobrasen popularidad obras tan significativas como las de Alan Moore y Frank Miller con su caballero oscuro.

Samuel Pérez : ¿ Qué otras series Marvel reflejan dicho tema del racismo ?

Ivan Pintor : En los Vengadores sin duda, aunque de un modo muy conservador. Para lo bueno y para  lo malo donde se despliega con más riqueza es en Spiderman y sobretodo en el Capitán América, en cuyas andanzas podemos encontrarle luchando junto a su compañero Bucky contra las tropas nazis de Red Skull y, por supuesto, en el arco argumental de Civil War, donde el Capitán América se posiciona en defensa de las libertades civiles frente al sesgo neo-con de Iron Man, imagen maquinal de la lógica del petróleo erigida en ley absoluta.

Samuel Pérez : Para acabar dígame 5 obras que recomendarías para quién se inicia en el mundo del cómic 

Ivan Pintor : Corto Maltés, de Hugo Pratt, fue fundamental para mí. Terry y los Piratas de Milton Caniff es una experiencia que creo que a todo el mundo podría complacer tanto como lo hizo a sus seguidores, en su época y siguiendo el destino de la IIª Guerra Mundial. Por otro lado, creo que hay piezas fundamentales del manga, como el Buda de Osamu Tezuka o Akira, de Otomo. Por último, creo que no se debe dejar fuera a clásicos francobelgas como Tintín.

domingo, 10 de abril de 2011

REPORTAJE SOBRE LOS X-MEN : ¿ POR QUÉ LLEGARON A SER LOS MÁS VENDIDOS ?

¿ POR QUÉ LLEGÓ A SER EL CÓMIC UNCANNY X-MEN EL MÁS VENDIDO DE TODOS LOS TIEMPOS ?

Los X-men, es un cómic de mutantes creados por Stan Lee y Jack Kirby para la editorial Marvel en 1963. Los mutantes, a diferencia a los otros superhéroes, se diferencian en que nacen con los poderes desde el nacimiento y no los consiguen por accidente. Dicho cómic, hoy en día es un clásico del cómic, aunque actualmente esté en plena decadencia desde que Gran Morrison dejara la franquicia en el año 2004. Antes de pasar a cuál fue el motivo por el cual se convirtió en el cómic más vendido de todos los tiempos, hay que explicar que en su primera época no gozó del favor del público y que el cómic de los X-men por aquellos tiempos cerró temporalmente la colección en su número 66, tras 7 años de publicación.
Los primeros 66 números de los X-men tiene momentos puntuales buenos, pero la mayoría de autores que se encargaron de la colección no la tenían mucho en cuenta, debido a que preferían dedicarse a otros cómics de la editorial Marvel que eran las estrellas del momento, como podían ser el asombroso Spiderman, los 4 fantásticos, el poderoso Thor o los Vengadores. A pesar de todo ello, en esta primera época de los mutantes, ya se gestó el tema de racismo que en la década posterior le convirtió en el cómic de superhéroes más importante de todos los tiempos, y en el más vendido de USA durante casi dos décadas ininterrumpidas.

      X-men núm. 1 (1963)
En los primeros 66 números, se pueden ver a unos mutantes adolescentes de unos 16 años que sufren problemas personales a más no poder.Sin duda, el personaje donde más se ilustra dichos problemas es a Cíclope, considerado junto al famoso Lobezno las dos almas de los X-men. A parte de Cíclope, el personaje más interesante de esta primera época es Magneto, retratado muy diferente a épocas posteriores.
Una vez la serie cerró, desde los números 67 a 93, se publicaron reediciones de historias antiguas del grupo, debido a que los editores de la época consideraron que "The X-men " era de las series que peor vendían, pero dentro de esta categoría era la que mejor vendía y por ello pensaban relanzarla en un futuro.  
 
Pasaron cinco años, y en 1975 se les dio una nueva oportunidad a los mutantes, para ello cambiaron a todos sus miembros menos a Cíclope e incorporaron a otros miembros hoy en día imprescindibles del grupo, como pueden ser Lobezno, Tormenta y Coloso. La diferencia de este nuevo grupo al anterior es que los miembros eran de nacionalidades diferentes, por lo que encontramos a un ruso, a un alemán, a un irlandés, a un canadiense o a una keniana. Es decir, se aplicó el esquema que ya utilizaron en la primera tripulación de Star Trek en los años 60.
Pero no fue este el motivo que les convirtió en el cómic mas vendido de USA y en el más vendido de todos los tiempos, sino que fue el trato del racismo y del hecho diferencial mutante que Chris Claremont aplica en la serie desde que entra a escribirla en 1975. Los mutantes, a partir de la llegada de dicho guionista, son temidos y odiados por el mundo que juraron proteger. La serie, después de presentar a sus nuevos miembros en un especial, se reanuda a partir del número 94 y Claremont ya sientas las bases del racismo y de la política que poco después acabaría desarrollando con la entrada como dibujante de John Byrne, considerado el mejor dibujante que ha tenido los X-men en toda su historia y el mejor dibujante de Marvel entre finales de los 70 y toda la década de los 80. El equipo creativo formado por Claremont y Byrne, elaboraron sagas consideradas hoy un clásico del cómic como la saga de fénix oscura, días del futuro pasado o la saga del club fuego infernal, eso sin contar con las historias que llevaron a los X-men a Canadá , Japón o a la tierra salvaje.

 

              X-men núm. 136 (1981) 
Las ventas de los X-men, por aquél entonces,eran de 190.000 ejemplares mensuales, pasando al acabar la saga de fénix oscura a 296.000 ejemplares vendidos mensuales en el año 1981. Al año siguiente, debido al tratamiento del tema del racismo que Claremont introducía a la serie y al tema político, a pesar de la marcha de Byrne en 1981, las ventas aumentaron hasta los 313.000 ejemplares vendidos mensuales. Esta subida también fue debida, en parte, a la magnífica novela gráfica escrita por Claremont y dedicada a los X-men, titulada "Dios ama el hombre mata", publicada en 1982.
Dicha novela gráfica, relataba como un líder religioso con un grupo de fanáticos, empieza a cazar y matar mutantes,sólo con la excusa de que los mutantes no fueron creados a imagen y semejanza a Dios. Se puede decir que fue la historia definitiva sobre racismo ideada por Chris Claremont.
 
 

              Dios ama el hombre mata (1982)
Después de convertir a partir del año 1981 a los X-men en la serie más vendida del mercado americano, el guionista siguió en la serie y le acompañaron grandes autores como Paul Smith o John Romita Jr. Junto a estos autores, idearon historias hoy en día también consideradas clásicos del cómic, como puede ser la saga del Nido o la masacre mutante. La masacre mutante es la siguiente saga de contenido racista que ideó Claremont y relataba como centenares de mutantes eran asesinados en las alcantarillas, por un grupo llamado los Merodeadores . Por esta época, debido al éxito de la serie, surgieron varios spin- off como los nuevos mutantes, Excalibur o Lobezno.
Después de todas estas historias, se incorporó el dibujante Marc Silvestre y junto el eterno Claremont, idearon la saga de Genosha que era una apología al Apartheid que sufría Sudáfrica por aquellos tiempos. Dicha saga , relata que hay una isla llamada Genosha que se encuentra al lado de Madagascar, en el que la minoría blanca somete a los mutantes a trabajos forzados y a leyes de segregación. Es sin duda una de las mejores historias de los X-men.  
 
Después de esto, surgieron historias como la de Infierno, para después pasar a una pequeña decadencia de la serie desde que la serie se reanudara en 1975. A pesar de esto, nos encontramos en 1989 y la serie  "Uncanny X-men" es la más vendida de USA con unas ventas de 430.000 copias vendidas mensuales. Es decir, pasó de 313.000 ejemplares mensuales en 1982 a 430.000 ejemplares mensuales en 1989.


                  X-men 236 (1989)  

Parecía que la serie había tocado techo. Pero no fue así. Junto a Claremont, se incorporó a la serie el rey midas del cómic de la época Jim Lee. El equipo creativo formado por Claremont y Lee consiguieron que la serie pasará de 430.000 ejemplares mensuales a 600.000 ejemplares mensuales en el año 1991, una autentica barbaridad. Esta subida de ventas, no se debió al trato del racismo que Claremont aportaba a la serie desde 1975, sino a los dibujos de Jim Lee que se pueden considerar muy buenos.
Debido a las diferencias entre Claremont y Lee, Chris Claremont abandonó la serie "the uncanny X-men", tras 17 años escribiéndola y habiéndola convertido en la más vendida de todos los tiempos.Dicho acontecimiento sucedió en el número 279 en el año 1991.
Justo a la marcha de Claremont, salió a la venta la segunda serie dedicada a los X-men, titulada simplemente "X-men", cuyo número 1 con la última historia de Claremont y dibujada por Jim Lee vendió la asombrosa cifra de 7 millones de ejemplares ,convirtiendo dicho cómic en el más vendido de todos los tiempos, consiguiendo con ello que entrara en el record guinnes. Dichas ventas consiguieron que los X-men pasaran de ser un simple cómic a una franquicia ,y además consiguió que una serie que estuvo cancelada consiguiera que un cómic suyo fuera el más vendido de todos los tiempos, record que hoy en día ostenta, tras haber pasado 20 años. A modo anecdótico, hay que decir que el libro más vendido de todos los tiempos es "La Biblia" y el disco de música más vendido de todos los tiempos es "Thriller" de Michael Jackson.


 
  X-men núm. 1 (1991)  
Después de la marcha de Claremont, la serie subió en ventas hasta llegar al techo de 750.000 ejemplares mensuales vendidos a principios de 1993. Después de esto, la serie decayó a pesar de tener algunas historias con cierto interés racial y político, como "Vísperas de destrucción. Dicha prueba de su decadencia es que en los años 1996 y 1997, la serie pasó de sus 750.000 ejemplares mensuales vendidos, a poco mas de 200.000 ejemplares mensuales vendidos. A pesar de ello, durante esos años todavía estaba en los 3 primeros puestos de ventas, alternando el primer puesto con otras series de la época.
Actualmente , los X-men está en clara decadencia , ya que sus ventas apenas sobrepasan los 100.000 ejemplares mensuales, aunque los últimos datos dicen que el número 525 (publicado recientemente) está en el puesto número 9. A pesar de todo,  "X-men" fue el cómic más importante de USA y además ostenta el récord de tener el cómic más vendido de todos los tiempos. Esto fue debido a algo fundamental , que es lo que diferencia a los actuales X-men con los de los 80 y principios de los 90: el gran trato racial y político contextual que los autores supieron darle a la colección.
Ojala en un futuro no muy lejano alguien devuelva a la gloria a los mutantes.


sábado, 9 de abril de 2011

Reseña de Tintín en el Congo: ¿Hergé un racista?

Tintín en el Congo es el segundo álbum de las aventuras de Tintín, escrito y dibujado por Herge en el año 1931. Dicha historia no deja estar sujeto a polémica debido a su contenido colonial y racista. Gerge Remi más conocido como Herge elaboró una historia en el que el famoso reportero se tenía que ir al congo para realizar un reportaje, pero como en todas sus aventuras el intrépido reportero se mete en líos y se tiene que enfrentar a una banda de mafiosos enviados por Al capone, y a un hechicero de una tribu indígena celoso de él.






El álbum tiene un contenido totalmente racista al dibujar a los indígenas casi como monos y representándolos muy tontos, incluso menos que los animales que salen. Esto fue debido sobretodo a que Herge no se documentó al realizar el álbum ya que, dicha documentación no llegaría hasta su 4 álbum, que se convertiría en su primera obra maestra, que es el Lotus azul publicado en 1936. Es cierto que Herge siempre fue un autor muy polémico al escribir sus historias, y que tiene 4 ábumes muy famosos por ello de los cuales uno de ellos es éste, pero a pesar de esto Tintín en el congo es una gran historia que no te deja dejarla hasta acabarla. Su ritmo es trepidante, sobretodo cuando Tintín inicia la persecución de los mafiosos que quieren los diamantes que hay en el Congo para su jefe, el famoso mafioso de la época de Chicago Al Capone.

Hay que ser justo con el autor ya que, los valores que hay en este álbum son los que imperaban en la época , y es injusto atacar al autor casi 80 años después de haberse publicado. George Remi quiza fuera un autor de derechas y muy polémico ya que, años después sería detenido acusado de colaborar con los nazis al acabar la segunda guerra mundial. La paradoja de todo es que Herge criticó a los nazis en otro magnífico álbum de Tintín que es el cetro de attokar publicado en 1939. Pero a pesar de ello fue un genio y creo una de las mejores serie de cómics de todos los tiempos, no por ello Tintín fue apodado el rey del cómic.

Volviendo a Tintín en el congo como he dicho antes el ritmo es trepidante pero el nivel está por debajo a otros álbumes de Herge debido a la escasa documentación, aún así es un álbum que entretiene mucho. Lo que está claro es que este álbum pasará a la historia por su contenido colonial y racista, debido a escenas que luego fueron suprimidas en posteriores ediciones, como cuando Tintín enseña una lección de historia a los indígenas diciéndolos que son de la patria belga o cuando Tintín mata a animales de forma muy violenta despreciándolos.

En los años 70, Herge dijo que se arrepiente mucho de lo que hizo en Tintín en el Congo, y que cuando lo hizo era un joven idiota. Estoy de acuerdo con lo que dijo, pero a pesar de todo reconozco que el álbum a pesar de su contenido de derechas no es del todo malo, aunque está muy por debajo de otras obras  suyas . Esta claro que dicho álbum pasará a la historia por varias viñetas suyas que reflejo el racismo imperante de la época.


Lo Bueno : Es una gran historia de aventuras a pesar de que tenga contenido racista.

Lo Malo: La escasa documentación para retratar al congo belga